Nº de páginas: 258
Editorial: El
Andén, S,L.
Lengua: Castellano
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN:
978-84-96929-00-5
Resumen del libro: Los
encuentros familiares siempre traen recuerdos, viejos y escondidos. En este
escenario es en el que empieza una búsqueda personal por parte de los
personajes, una superación de los miedos a partir de los olores. Y es que todo
parece estar envuelto por la historia de amor de Inés, nacida en la España de
los 50, con sus prohibiciones y consejos morales. Se enamora perdidamente de
Roberto, un italiano japonés muy peculiar, con el que termina por separarse. Años
más tarde, su sobrina, al ir a casa de su madre, para tomar café con ella y su tía, contará la
gran historia de Inés y Roberto,
esperando que tenga un buen final.
Cuando Roberto hacía
el amor a Inés, ella se convertía en perfume…
La autora es Anna Llauradó, desconocida para mí hasta esta
novela y con la que me ha conquistado de principio a fin. Ha trabajado en
diarios, revistas, televisión y radio; ha escrito guiones para cine y
televisión, y también obras de teatro, cuentos y relatos. Tu sexo es mi perfume es su primera novela, en la que da rienda
suelta a toda su capacidad expresiva.
“Esta no es una novela
erótica, sino de amor. Y para leerla tendrás que usar tu olfato y el corazón”
El narrador es la sobrina de Inés, de la cual no se sabe su
nombre en toda la novela. Ambas se asemejan mucho, son parte de un todo, comparten la
misma sensibilidad y a la vez esas ganas de darlo todo y arriesgarse en la
vida. Es ella la que nos guiará por su proceso de curación, por su particular
método de oler y respirar para vivir. Coger aire todo lo que se pueda para
evitar quedar paralizado por los miedos que no se comprenden, producidos por una educación
carcelaria.
“Demasiadas películas
románticas…Demasiados cuentos. Blancanieves, bellas durmientes y
cenicientas…Pero en el fondo de esas historias de princesas existe algo
invisible aunque real como este aire que me inunda, me nutre y me ayuda a
viajar, fuera de las leyes de la gravedad, hacia los labios de un hombre para
besarle y agradecerle su comprensión, su
ayuda, su paciencia y su amor para caminar a mi lado (sobretodo en esos meses
de búsqueda difíciles, escarpados…) y tolerar mis defectos”
La historia que se nos presenta está cargada de emociones y cada olor nos trasmite a un momento del pasado, con el que poder dar sentido al
colapso que sufre la protagonista llegando a los ataques de pánico, de los que
sale gracias a esa introspección. Nos presenta su niñez, a sus abuelos, a sus
padres, su adolescencia, los días en el comedor, el olor a tinta, a esmalte de
uñas, a chicle de fresa…
Es en este mirar hacia atrás, el medio por el cual nos
descubre la fascinante historia de amor de su tía, Inés, donde se aprecia la
sensualidad, el deseo, los sueños, lo difícil que algunas veces resulta ser
valiente en nuestras vidas. La cobardía a hacer frente a la sociedad y a la familia, todo esto hace que Inés viva infeliz al
lado de un “buen hombre”, aquellos perfectos para ser maridos pero no amantes
apasionados, sin aroma, y ella sin
sentidos.
“Tuvo que respirar muy
hondo para volver a tomar una bocanada de conciencia y aterrizar de nuevo al
otro lado del espejo. Y, al hacerlo, fue cuando ocurrió: al inspirar, con todo
su ser, descubrió que aquella burbuja de aire tenía olor. Y al explotar…¡paf!,
como una pompa de jabón, -el segundo antes de despertar- aquel planeta de aire
lanzó su intenso aroma y una cascada de pequeñas estrellas empezó a caer…Hasta
que Inés identificó una de ellas: llevaba un sueño, ligero, como el aire; el
aire que tanto le gustaba a Inés, el aire que no se puede ver. Y con los ojos
tapados pudo verle otra vez"
En conclusión, el libro te lleva de camino a tus propios
recuerdos porque todos tenemos en nuestra memoria el olor de las mañanas, de la
lluvia, el del pan recién hecho, el del inverno y la noche. Puede que tengan
significados distintos, pero todos estamos formados por una cosmovisión de
olores y memorias. La novela anima a la vida, al valor y a ser nosotros mismos.
Es una pequeña historia llena de ternura.
"Él se arrodilló entonces ante la mujer que iba a perder
para siempre, levantó suavemente su vestido, deslizó sus medias hasta sus
tobillos, desnudó luego su sexo y, con absoluta desesperación, hundió sus
labios en aquella flor cuyo aroma quedaría eternamente guardado en su memoria.
Aquel fue el beso más devastador que Inés llegaría a conocer jamás y, por él,
estuvo a punto de dejarlo todo y… Perdió la noción de sí misma, como la primera
vez, en la playa, y la reencontró en brazos de Roberto que, en el último
instante, volvió a mirarla, una vez más, la última ya, con aquel destello
oriental, esperando a que ella se atreviera… Pero Inés no pudo y él la abrazó
con todo su ser para confesarle, para susurrarle, para inmortalizar en ella el
deseo y la voz de su alma diciéndole:
-Tu sexo será mi perfume. Siempre. Aunque nunca nos volvamos a ver…"
-Tu sexo será mi perfume. Siempre. Aunque nunca nos volvamos a ver…"
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